Aquellos tiempos en lo que de niño nos colgaban una piñata para romperla con un palo. Que tiempos aquellos.
Ahora, con las comodidades de la vida, mandamos a otros a romperlas.
Aquellos tiempos en lo que de niño nos colgaban una piñata para romperla con un palo. Que tiempos aquellos.
Ahora, con las comodidades de la vida, mandamos a otros a romperlas.